lunes, 30 de abril de 2012




 RESEÑA DE LA ACTUACIÓN DE MARÍA JOSÉ PÉREZ

Viernes 27 de abril de 2012



 
                     
                                                          Foto: Antonio Bella Barroso                      












La noche se presentaba un tanto especial con aficionados llegados desde Italia y Estados Unidos, y todos unidos en armonía para saborear la esencia del flamenco. Cada cual con su percepción y sensibilidad para acercarse a este arte y, cómo no, con la visita de artistas que ya se van haciendo habituales, como Alfonso Salmerón y Cancanilla de Malaga, a los que siempre agradecemos su presencia.

El recital comenzó por malagueñas, con una de las más célebres de Chacón,"Del Convento", y tanta fué la relevancia del maestro jerezano, que sería reclamado por la aristocracia de su época, junto a la guitarra de Ramón Montoya. A continuación, una preciosa rondeña y un verdial que María José ejecutó, como si se tratara de una fórmula matemática.

La cantaora almeriense continuaría con un cante de tientos, al que pondría fuerza y jondura, varias provincias andaluzas se vieron representadas al abordar los tangos, Triana (Sevilla) y con ellos la "Niña de los Peines" , Málaga y los inconfundibles de "La Repompa", y los de Granada.

Secundado por la guitarra añeja de Juan Antonio Muñoz, claro seguidor de la escuela de Melchor de Marchena, María José se atrevería con un palo que es cada vez más difícil escuchar, una serrana rematada por el cambio de María Borrico.

Para concluir la primera parte escogería las cantiñas, en las que hubo como yo digo una pipirrana, alegrías y cantes de aquel gitano de Utrera que fué "El Pinini" , resueltos con solvencia y compás por la cantaora de donde nacen los tempranos.

De la tierra del genial poeta " Federico García Lorca " y con olores a los jardines del Generalife, un cante por granaína y media granaína me transportaron a esa joya que es Granada y engarzada en ella esa perla que es la Alhambra, atravesadas ambas por dos bellos cordones como son el Garro y el Genil, reliquia de ciudad soñada por moros y cristianos.

De la famosa guerra de Cuba, los españoles trajeron algunos aires que llegados a Andalucía desde aquellas tierras lejanas interpretaron a su manera, como son la guajira, la colombiana, la vidalita y la bambera, que constituyeron una de las últimas aportaciones al árbol genealógico del flamenco, y que en este caso la guajira fué extraordinariamente interpretada .

Jugaba con ventaja la cantaora, pues le tocaba medirse con los cantes de su tierra, una cartagenera y una taranta , que a título personal me parece el cante de Levante con mayor dificultad porque exige el estar con una condición excepcional de voz, lo que solventó con facilidad la de Almería.

Soleares de varios estilos cantados correctamente, pero a mi me faltó transmisión con el público y ese pellizco que siempre tenemos en la mente los aficionados al flamenco. En este toque sobresalió la bajañí de Juan Antonio, fiel escudero.

Otro cante básico como es la seguirilla, Manuel Molina o Curro Durse en los ecos de María José, con el acompañamiento de Juan Antonio que se encuentra muy cómodo en estos estilos que domina con soltura.

Continuaría con un cante de bulerías con pataíta de baile incluida, y por Huelva se despediría con unas falsetas de Juan Antonio, quien también hace sus pinitos por estos cantes onubenses con mucha enjundia y de los que es un enamorado.

Una noche multicultural y en la que todos los pueblos tienen cabida, sin distinción de nacionalidad, raza o condición social. Así es el flamenco "Universal".

                                                      Luis Martín


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